sábado, 10 de abril de 2010

DA VINCCI

Leonardo da Vinci nació el sábado 15 de abril de 1452 , «en la tercera hora de la noche», es decir, tres horas después del Ave María (lo cual sería a las 22:30), en el castillo de Vinci, cerca de Florencia, producto de una relación amorosa ilegítima entre su padre, Messer Piero Fruosino di Antonio da Vinci, notario, canciller y embajador de la República de Florencia y descendiente de una rica familia de notables italianos, y de su madre, Caterina, una humilde joven cuya familia campesina habitaba en la pequeña localidad toscana de Anchiano, situada a dos kilómetros de Vinci, en el territorio de la provincia de Florencia, en Italia. Un estudio de 2006 indica que es probable que Caterina fuera una esclava originaria de Oriente Medio.
Leonardo, o Lionardo según su nombre de bautizo, fue bautizado y pasó sus cinco primeros años en la casa de su padre en Vinci, donde fue tratado como un hijo legítimo. Tuvo cinco madrinas y cinco padrinos, todos ellos habitantes del pueblo. En este lugar, Leonardo recibió instrucción, aprendió a leer y a escribir, y adquirió conocimientos de aritmética. Sin embargo, prácticamente no aprendió latín, base de la enseñanza tradicional. El hecho de que tuviese una ortografía caótica muestra que su instrucción no estuvo exenta de lagunas; en todo caso no fue la de un universitario.


SU FRACASO


De Leonardo Da Vinci se podría decir, sin temor a equivocarse, que ha sido la persona con los más variados talentos de la historia. Fue arquitecto, pintor, escultor, inventor, ingeniero… desenvolviéndose en todos ellos con particular maestría. Pero hubo una disciplina en la que fracasó estrepitosamente a pesar de sentir verdadera pasión por ella. Se trata de la gastronomía y es que según decían sus coetáneos, Da Vinci fue un mal Chef.
Su primer fracaso fue una casa de comidas que tuvo la desgracia de que, en una pelea de parroquianos, ardió por los cuatro costados. Leonardo no se amilanó y la reabrió con el nombre de “All’insegna delle tre ranocchie di Sandro e Leonardo”(“La señal de las tres ranas de Sandro y Leonardo”) y teniendo a Sandro Boticelli como socio. Fue otro fiasco. El modo de cocinar de Da Vinci no gustaba a nadie.



Ilustración de una cocina de la época.

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